Capítulo 2
Gerek
Sábado 15 de marzo
Villa la Angostura (provincia de Neuquén, Argentina)
Todo ser humano tiene una descendencia, una historia
familiar, algo a lo que pertenecemos, y cuando se trata de descendencia, en mi
familia, es un acontecimiento muy poco bien recibido.
Sábado de descanso laboral, me encontraba relajado en mi
biblioteca ordenando libros y carpetas, lo rutinario de mis fines de semana.
Luego un poco de caminata por el río para ejercitar el cuerpo y despejar la
mente. Adoro subirme a mi camioneta y conducir…y luego caminar y caminar,
reflexionar sobre mi vida, sentir que los árboles intentan darme una respuesta
cuando agitan sus hojas por el viento templado de los últimos días de verano.
Al llegar a casa recibir los reiterados reproches de mis
padres, algunos pensarán que es demente, pero incesantemente están incitándome
para que saliera con amigos y que no me encierre en mí mismo. No es lo mío… mi
mente está enfocada a mi trabajo, mi vida ya es así, extraña, a mis veintiún
años y mi poca experiencia laboral en el estudio contable de mi familia,
necesito instruirme día a día, y sé que las amistades y las salidas impedirán
mi progreso laboral, no es que esté ajeno a todo aquello, pero siempre tenía
una persona que a pesar del distanciamiento cotidiano, estaba dispuesto a una
invitación a beber tragos. Es bastante peculiar que mi familia haga esos
planteos ya que son bastantes conservadores. Aquí en el pueblo somos
reconocidos por nuestro estudio contable y no por nuestra actividad social. Con
mi padre trabaja Katy, una señora extraordinaria, me conoce de pequeño cuando
mi padre me llevaba al trabajo y cuando comencé a trabajar, me trata como a un
hijo, luego la mano derecha de mi padre es Max, un contador de veintiocho años,
callado, distante y con cara de loco, encaja justo con mi familia, lo que menos
quiero en este momento es ser sarcástico pero Max es tal cual lo describo, más
allá de todo tenemos una buena relación.
Un lugar donde me rehúso a trabajar es en una perfumería
donde trabaja Tanya, una ex compañera de colegio con la cual tuve una
insignificante relación hace tiempo
atrás. El estudio lleva la contaduría de su negocio y con ese pretexto la veo
seguido ya que insiste en retomar la relación, pienso que no hay que nada que
retomar ya que nunca tuvimos nada serio, tiene una insistencia marca récord,
solo perderá su tiempo y yo mi paciencia. Peculiarmente siempre hay alguien en
la vida que te fastidie la existencia y en la mía Tanya es una. Nunca entenderá
lo que soy, a lo que quiero aspirar, no
podré tener una relación
seria junto a ella, siempre
deduje que en su cabeza solo le interesó más salir a divertirse que estar conmigo
a solas, jamás le importaron mis hobbies…quiso arrastrarme a una vida sin
sentido y solo consiguió que me alejara más de ella.
Al terminar de ordenar mis archivos en la biblioteca alguien
golpea la puerta.
-Gerek, necesito alertarte-
Mi padre Jedrik Bukowski, un hombre con una mente
privilegiada, el mejor en su rubro.
-Dime ¿Qué pasa?
Lo mire desconcertado.
-Es Benjamín…anda merodeando otra vez por aquí, y no está
solo, hay gente nueva.
Con cara de pocos amigos le conteste:
-la última vez que lo vi era pequeño ya casi no lo
recuerdo y no sé por qué.
Mi padre dio un paso hacia mí y con una mano en mi hombro
me dijo:
-No te preocupes hijo, averiguaré con Max qué es lo que
trama y te mantendré al tanto de todo.
Y en mi urgencia por preguntar solo balbuceé.
-¿Yyy mamá? Hee quiero decir, ¿y mamá ya lo sabe?
Antes de cerrar la puerta mi padre me respondió:
-Estará bien.
Y se marchó.
En ese instante me desplomé en el sofá y sentí como el miedo
entraba por mis venas, mi corazón latía uno, dos…no millones de segundos más de
lo normal, mi pecho se contraía, nunca pensé que volvería a escuchar sobre
ellos, pero no más…
Me levanté y me acerqué a la ventana y mirando hacia el
exterior hablaba mi mente:
“soy y seré fuerte…todo individuo no conocido aquí será
centro de mi desconfianza”.
Como cuando eres pequeño, la frase más popular de los
adultos “no confíes en extraños”, es real…por lo menos para nosotros en este
momento.