jueves, 28 de julio de 2016

 Capítulo 2
     Gerek

Sábado 15 de marzo
Villa la Angostura (provincia de Neuquén, Argentina)

Todo ser humano tiene una descendencia, una historia familiar, algo a lo que pertenecemos, y cuando se trata de descendencia, en mi familia, es un acontecimiento muy poco bien recibido.

Sábado de descanso laboral, me encontraba relajado en mi biblioteca ordenando libros y carpetas, lo rutinario de mis fines de semana. Luego un poco de caminata por el río para ejercitar el cuerpo y despejar la mente. Adoro subirme a mi camioneta y conducir…y luego caminar y caminar, reflexionar sobre mi vida, sentir que los árboles intentan darme una respuesta cuando agitan sus hojas por el viento templado de los últimos días de verano.
Al llegar a casa recibir los reiterados reproches de mis padres, algunos pensarán que es demente, pero incesantemente están incitándome para que saliera con amigos y que no me encierre en mí mismo. No es lo mío… mi mente está enfocada a mi trabajo, mi vida ya es así, extraña, a mis veintiún años y mi poca experiencia laboral en el estudio contable de mi familia, necesito instruirme día a día, y sé que las amistades y las salidas impedirán mi progreso laboral, no es que esté ajeno a todo aquello, pero siempre tenía una persona que a pesar del distanciamiento cotidiano, estaba dispuesto a una invitación a beber tragos. Es bastante peculiar que mi familia haga esos planteos ya que son bastantes conservadores. Aquí en el pueblo somos reconocidos por nuestro estudio contable y no por nuestra actividad social. Con mi padre trabaja Katy, una señora extraordinaria, me conoce de pequeño cuando mi padre me llevaba al trabajo y cuando comencé a trabajar, me trata como a un hijo, luego la mano derecha de mi padre es Max, un contador de veintiocho años, callado, distante y con cara de loco, encaja justo con mi familia, lo que menos quiero en este momento es ser sarcástico pero Max es tal cual lo describo, más allá de todo tenemos una buena relación.
Un lugar donde me rehúso a trabajar es en una perfumería donde trabaja Tanya, una ex compañera de colegio con la cual tuve una insignificante  relación hace tiempo atrás. El estudio lleva la contaduría de su negocio y con ese pretexto la veo seguido ya que insiste en retomar la relación, pienso que no hay que nada que retomar ya que nunca tuvimos nada serio, tiene una insistencia marca récord, solo perderá su tiempo y yo mi paciencia. Peculiarmente siempre hay alguien en la vida que te fastidie la existencia y en la mía Tanya es una. Nunca entenderá lo que soy, a lo que quiero aspirar, no   podré tener una relación  seria  junto a ella, siempre deduje que en su cabeza solo le interesó más salir a divertirse que estar conmigo a solas, jamás le importaron mis hobbies…quiso arrastrarme a una vida sin sentido y solo consiguió que me alejara más de ella.
Al terminar de ordenar mis archivos en la biblioteca alguien golpea la puerta.
-Gerek, necesito alertarte-
Mi padre Jedrik Bukowski, un hombre con una mente privilegiada, el mejor en su rubro.
-Dime ¿Qué pasa?
Lo mire desconcertado.
-Es Benjamín…anda merodeando otra vez por aquí, y no está solo, hay gente nueva.
Con cara de pocos amigos le conteste:
-la última vez que lo vi era pequeño ya casi no lo recuerdo y no sé por qué.
Mi padre dio un paso hacia mí y con una mano en mi hombro me dijo:
-No te preocupes hijo, averiguaré con Max qué es lo que trama y te mantendré al tanto de todo.
Y en mi urgencia por preguntar solo balbuceé.
-¿Yyy mamá? Hee quiero decir, ¿y mamá ya lo sabe?
Antes de cerrar la puerta mi padre me respondió:
-Estará bien.
Y se marchó.
En ese instante me desplomé en el sofá y sentí como el miedo entraba por mis venas, mi corazón latía uno, dos…no millones de segundos más de lo normal, mi pecho se contraía, nunca pensé que volvería a escuchar sobre ellos, pero no más…
Me levanté y me acerqué a la ventana y mirando hacia el exterior hablaba mi mente:
“soy y seré fuerte…todo individuo no conocido aquí será centro de mi desconfianza”.
Como cuando eres pequeño, la frase más popular de los adultos “no confíes en extraños”, es real…por lo menos para nosotros en este momento.





miércoles, 27 de julio de 2016

 Capítulo 1
Klara
 
Viernes 15 de marzo
San Antonio Oeste (Río Negro, Argentina)

Ver cajas por todo lado…agotador.
Me senté sobre el suelo pensando cómo resultará una nueva vida, un nuevo lugar, mi trabajo y por sobre todo un nuevo hogar.
Dejar San Antonio no me resultará fácil, mi infancia, adolescencia, son muchos los momentos y las emociones  que tuve. Mis amigos, vecinos, cuántas imágenes se cruzan por mi mente. Me hubiera gustado que todo sea mucho más fácil. El futuro…cuando era niña lo veía tan lejano, ahora que lo estoy pisando me resulta tan difícil afrontarlo. Soy como todos comentan: una infantil e inmadura que a sus treinta años, tendría que afianzarse como una mujer y no como una adolecente soñadora. Mi entorno consiste en amistades, salidas, pero siempre hay una persona que sigue y tolera todos mis disparates, mi mejor amiga, luego está mi trabajo que por cierto es lo único que me apasiona.
Tengo un pequeño centro de estética ubicado en el garaje de mis padres, mejor mencionado “tenía”, aquí en San Antonio el trabajo escasea, no hay futuro para mí, de este modo no hay más alternativa que probar suerte en otro sitio.
Gracias a mis padres tengo la posibilidad de mudarme y comenzar la experiencia de vivir sola y trabajar para ello. No me alcanzaría la vida para retribuirles a mis padres todo lo que me han propinado. Mi padre Boris Kozlov, un ruso muy duro de carácter pero con un corazón inmenso para su familia, es dueño del supermercado del pueblo, lo llamo “Sureños”, corriente pero bonito, ahorró durante mucho tiempo para obsequiarme una casa en Villa La Angostura que por cierto será mi reciente hogar, allí tendré  mi  independencia  y alquilar  un local para trabajar.
Añoraré esto…la paz del día, el sonido de los pájaros por las mañanas, las caminatas por las arboladas y mis clientas que vienen con el propósito de descargar sus problemas haciéndose facial o masajes, como si fuese una psicóloga para ellas, podría tenerlo en cuenta…
No es que en Villa La Angostura no haya  paz, árboles y pájaros, pero es un pueblo más céntrico, lleno de negocios, gente, turismo, sin duda sería un estupendo sitio para trabajar.
Cómo olvidarme de Avitzur o mejor dicho Avi como le gusta que la llamen, ya que Avitzur es un nombre chocante para ella. Avi mi amiga del alma, la única que con solo una mirada mía sabe lo que quiero o…lo que tramo, la echaré de menos…y mucho.
Bien, aquí me encuentro, he finalizado de empacar todos los productos, muebles y accesorios de mi humilde centro de estética, cuando vi todo a mi alrededor  vacío llegaron los miedos, las dudas y esa sensación de salir corriendo.
-permiso… ¿se puede pasar Klara?
Avi interrumpe mis pensamientos sorpresivamente.
-pero claro, entra.
Llegó al garaje con un paquete en sus manos, vi sus ojos revolotear como mariposas que luego se transforman en un par de ojos tristes.
-vengo a pasar las últimas horas contigo y a traerte este regalo para ti, así me recordarás cuando estés en tu nuevo hogar.
En ese instante tenía ganas de echarme a llorar como una niña, pero pude con mis lágrimas y no las dejé salir para que el momento no fuera más duro de lo que ya era.
-igual no te vas a deshacer tan fácil de mí, sabes que existen los micros y que iré a verte las veces que pueda.
-claro que si Avi…aparte no hace falta que vengas con regalos, jamás podría olvidar nuestra amistad.
En ese instante la abracé con tanta fuerza que la dejé casi sin aire.
-bien, ¿qué te parece si pasamos la noche en el bar? o preferís hacer un pijama party con las infantiles de tus amigas.
Avi es siempre tan frontal.
-Ok Avi, no era necesario ese comentario pero sí… acepto tu propuesta, noche de amigas.
-perfecto, paso por ti a las nueve.
Estaba dispuesta a disfrutar de cada momento de esa salida.

Los pequeños rayos de sol comenzaron a entrar por mi ventana y en mi inconsciencia eso me indicaba que ya era de mañana. Después de una noche de cervezas y amigas, cada movimiento de mi cuerpo no coordinaba correctamente al intentar sentarme en mi cama, mi último despertar donde nací y crecí muy feliz.
Había mucho por hacer esta mañana, luego del desayuno llegó un amigo de mi padre, Tino,  con su camión de mudanza, sin duda iba hacer una mañana agotadora. Luego de ir y venir con los últimos detalles llegó el momento de la despedida. Todos mis seres queridos estaban reunidos, mi papá Boris, mi mamá Julia, mi hermano Manuel, cuando lo abracé le dije al oído:
-No más líos.
Y con cara de pocos amigos me sonrió. Luego mi tía Rebeca, solterona por elección y cómplice de mis aventuras y locuras, siempre me consintió en todo, es mi súper tía como le digo yo. Y no iba a faltar mi amiga del alma Avi.
Luego de abrazos, sollozos, regalos y viandas para el camino llegó el momento de partir, subí al camión de mudanza y cuando Tino arrancó, los vi por el espejo a todos ellos alejarse  poco a poco. No pude contener el dolor y la tristeza que llevaba en mi interior y por un largo rato sollocé en silencio y cuando pude recomponerme de todas esas emociones dije:
-una nueva vida…
Tino me dedicó una mirada y esbozó una sonrisa.


   

martes, 14 de junio de 2016

introducción





Morir, es la única opción para seguir viviendo…


             Prólogo

El ser humano nace, crece, ama, y con
El amor llegan los prejuicios, el tabú
Y la incertidumbre si la felicidad es
La que está frente a nuestros ojos.
La inquietud se hace más grande
Cuando hay secretos que agazapan
La vida, y para vivirla debes morir
Primero...



Al llegar a Villa la Angostura, Klara se encuentra con una nueva vida, cambiar, era esencial para ella, su trabajo fue el ancla que la estancó en la vida de Gerek Bukowski, un joven contador menor que ella, lleno de intriga, soledad, y pasión oculta…
Gerek junto con su familia son acechados por el clan de Benjamín Rivera, un médico genetista, que busca descubrir el gen de la inmunidad a la muerte.

 Klara descubrirá que junto a Gerek, la vida no es una sola.